las que en más de una ocasión sacaron de apuros al Padre de la Patria, en acciones que por lo comprometidas, se consideraban imposibles de llevar a feliz término por cualesquiera que no fuera de esa estirpe indómita de la tierra llana, para quienes la palabra imposible nunca existió dentro de su vocabulario.
Cinco años antes de erigirse conductor del ejército patriota que jalonó la libertad de la Nueva Granada, el Libertador exalta la valentía llanera:
“Habéis llevado vuestras invencibles armas por todos los llanos que han sido reconquistados por vuestros triunfos; y en la jornada inmortal de Bocachico ha quedado destruido por vuestra sola presencia y sin esfuerzo ninguno, el ejército más numeroso, más formidable que ha amenazado nuestra libertad, y que hasta entonces habrá protegido la fortuna” (6 de Febrero de 1814).
Simón Bolívar, dotado de las virtudes del líder, caudillo popular, alimentaba el egocentrismo del hombre de los llanos:
“Llaneros, vosotros seréis independientes, aunque se oponga todo. Vuestras lanzas y estos desiertos os libran de la tiranía. ¿Quién puede subyugar la inmensidad? Preparaos al combate; vuestros hermanos de Guayana, de Barcelona y Caracas, estarán a vuestro lado. El impertérrito General Páez los conducirá a la victoria y el genio de la libertad escribirá vuestros nombres en los fastos de la gloria. Llaneros: ¡Sois Invencibles!”.
vuestros nombres en los fastos de la gloria. Llaneros: ¡Sois Invencibles!”.
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